lunes, 16 de marzo de 2009

¿Por qué?


Una de las grandes ventajas que tiene el programa de Jóvenes voluntarios con América latina es que puedes tener una panorámica general de toda Nicaragua, desde tener entrevistas con Ministros hasta dormir en comunidades donde se vive en difíciles condiciones higiénicas y sanitarias. Esto te permite tener una visión global de las fortalezas, las debilidades, las esperanzas y las oportunidades de este país de 5 millones y medio de personas.

Hace apenas dos días que he vuelto a España, cuando cuento a familiares y amigos la situación política, jurídica y social de este país empobrecido (que no pobre) todo el mundo me pregunta qué falla allí; ¿por qué un país con tantos recursos tiene un 60 % de desempleo, por qué un 70 % de la población rural y un 30% de la población urbana vive en condiciones de pobreza extrema (menos de un dólar diario), por qué un 20% de los niños menores de 5 años padece de desnutrición crónica, por qué las tasas de fertilidad de adolescentes son las más altas en América Latina?

Las respuestas son muchas y las soluciones bastantes menos (aunque alguna hay): Diez años de guerra civil (financiada por el gobierno de EEUU), el Huracán Mitch en 1998, 16 años de neoliberalismo atroz que privatizó la sanidad, la educación y todo lo que pudo y algo más (siguiendo los “sabios” consejos del FMI y del Banco Mundial) que provocó una mayor tasa de mortalidad en el parto, aumento del analfabetismo, mayor diferencia de renta entre las clases pobres y las adineradas, y un largo etcétera de barbaridades. Otro problema es la identificación del partido que gobierna con el Estado en sí, el caudillismo y, por supuesto, la corrupción que llega a todos los estratos de la sociedad.

Y uno de los grandes problemas es el sistema fiscal, durante una reunión con el diputado presidente de la comisión económica de la Asamblea Nacional pegué un bote de mi asiento derramándose el fresco de encima de la mesa, al escuchar que en nicaragua los Bancos Privados no pagan impuestos y la mayor fortuna del país, la familia Pellas (dueña del mejor ron del mundo), tampoco pagaba ningún impuesto al Estado.

Ahora entendía el estado de las carreteras, que fuese inconcebible en muchos sitios el concepto de acera y que la basura llenase cunetas porque no hay recogida de basuras…

Visitamos una zona franca, las famosas maquilas, donde trabajan miles y miles de personas. Las maquilas son un territorio delimitado donde empresas gozan de algunos beneficios tributarios, en Nicaragua, este beneficio es la exención total de impuestos para las empresas que pongan allí sus fábricas. “No pagan impuestos pero al menos crean puestos de trabajo”, es la excusa que nos puso el responsable gubernamental de la zona franca.

Las empresas no pagan impuestos, los trabajadores apenas tienen derechos laborales y los sueldos son de risa. La única condición es que los productos no pueden venderse dentro de Nicaragua. Un chollo para las multinacionales que se aprovechan de la necesidad y la corrupción política para generar más y más negocio.

El responsable de la zona franca no me supo decir el nombre de las empresas españolas que tienen sus fábricas en esta situación. A lo mejor sería buen momento para que el gobierno español se plantease una ley donde todas las empresas españolas tuviesen que reinvertir parte de sus beneficios (sea cual sea la legislación del país donde estén) en el desarrollo de la población local, una ley de responsabilidad social empresarial que eliminase la mala imagen que están generando a nuestro país las multinacionales españolas con su avaricia y su falta de escrúpulos.

Y mientras veo en el telediario las cifras del dinero oculto en paraísos fiscales, me acuerdo de la mañana que estuve con las mujeres que estaban fabricando pantalones “wrangler” con destino Europa, durante doce horas al día y con un calor insoportable, cobrando 90 dólares al mes, en un país donde -aunque algunos productos son muy baratos- que una pareja salga a cenar y luego al cine puede costarles el sueldo de medio mes de duro trabajo. Y es que la pobre Nicaragua es un país que está muy lejos de dios y demasiado cerca de Estados Unidos y sus políticas económicas.

lunes, 9 de marzo de 2009

El río brujo