domingo, 15 de febrero de 2009

Yo sí puedo



“Yo, sí puedo” se leía en mi camiseta mientras descendía por un barranco lleno de basura en la comunidad “Palo de Leche” en Ticuantepe. Más de cuatrocientas personas, entre chabolas de plástico y madera, encontraban una manera de no sentir vergüenza al firmar cualquier documento.

Una de las maestras de este programa de alfabetización les avisaba que en los próximos trámites burocráticos no habría tinta para marcar su huella dactilar en los documentos que deberían firmar.

Y esto preocupaba entre la gente, mientras se arremolinaban alrededor de la radio, escuchando al locutor Bienvenido dar explicaciones sobre las vocales que deben rellenar en una cartilla que hace tiempo se escribió en Cuba, siendo conscientes de la necesidad de saber escribir para no depender de nadie.

Y hay una fecha, el 19 de Julio de 2009, día en que hay que declarar a Nicaragua un país libre de iletrados, para ello los voluntarios trabajan a destajo, escribiendo uves y zetas, unos y doses, acabando con la oscuridad entre los más pobres entre los pobres.

Y una anciana me sonrie desde su insólito pupitre, vestida de domingo y nerviosa ante cada latigazo del flash de las cámaras, agradeciendo a sus nietas que le ayuden en sus deberes escolares.

Y José Martí desde la contraportada de la cartilla de alfabetización recuerda a quienes no saben aún leerlo que “ser culto supone ser libre”. Y en Nicaragua, cada día, gracias al voluntarismo de sus jóvenes, existen más pobres que dejan de ser esclavos de la ignorancia, más chavalos que saben leer los letreros de las calles, más gente que encuentra una hora al dia para aprender a leer y escribir, para ser neolectores y, quién sabe, quizá ser un día neopoetas que puedan descubrirnos nuevos matices en la palabra belleza.



1 comentario:

  1. Seguro que hay mucho poeta que no se reconoce a sí mismo, sólo hay que sacarlo de su interior.

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